Arturo Arias Alonso

Mi foto
Historia, literatura, fotografía, Asturias, las pasiones que junto a mi familia hacen que esta vida merezca la pena ser vivida.

jueves, 2 de abril de 2009

A tergo lupi

Decide pues, puedes abrir tus brazos y rendirte al abrazo gélido del abismo o empuñar con firmeza la espada y lanzarte al combate. Solo te espera el húmedo colmillo, y el fragor agotador de la batalla. Y cuando tu acero traspase el corazón de la bestia, apréstate, oh viajera , nuevamente a la lucha. Afianza tus piernas y alza tu escudo, pues otro animal vendrá a herir tu carne. Y quizás entonces , enardecida por el feroz sonido del acero, descubras que no hay paso atrás, solo el abismo infinito, ni victoria posible, pues las alimañas acechan hasta donde tu vista alcanza. Y sabes, oh viajera, no habrá nada más, solo la contienda salvaje que se prolongará hasta que las fuerzas te abandonen.

A3
Los verdaderos culpables del fracaso escolar

Sé que todavía hay profesionales de la educación, que piensan que su denodado esfuerzo conseguirá que su alumnado salga adelante y alcance la excelencia académica. Para esos ingenuos e ingenuas que aun creen en los cuentos de hadas, les recomiendo la lectura de este artículo del País. Y de paso les aconsejo que echen un vistazo al Informe Pisa. Siento desilusionar a tanto profesional que se cree a pie juntillas las innovaciones pedagógicas con que cada año nos ilumina y sorprende la Administración Educativa. Hace falta un poco de espíritu crítico en esta profesión, hace falta usar datos reales, estadísticas. Y las estadísticas son muy duras.




Los hijos de los trabajadores con rentas más bajas están condenados al fracaso escolar, eso es un dato real. La escuela perpetúa las desigualdades sociales, no es ese lugar idílico en el que se inicia la igualdad de oportunidades. Para nada.




Y para mejorar la situación, las administraciones de cualquier signo político, que en esto todos los políticos son iguales, fomentan la distribución del alumnado, en función de su estatus socioeconómico en unos centros u otros. Los hijos de las familias pudientes llevan a sus vástagos a centros privados o concertados, donde el filtro económico garantiza que no se “mezclarán” con hijos de las clases más bajas, ni con emigrantes. Un dato, la escuela pública asume el 80% de la emigración, mientras la concertada se queda con el 20% restante. Evidentemente esto hace que los resultados académicos en las escuelas privadas y concertadas sean mejores que en las públicas. Si se selecciona el alumnado con mejor estatus socioeconómico y social, es evidente que los resultados serán mejores, ya que detrás hay familias comprometidas y preocupadas por el futuro académico de sus hijos.
Así que queridos colegas, todas estas fantásticas Leyes, que cambian cada día, Logse, Lode, Loe. Esas reformas del sistema educativo. Estas teorías pedagógicas que son la panacea y la solución de todos los problemas. El constructivismo, los proyectos curriculares, los proyectos educativos, la autonomía de los centros, las competencias ( cuantos años viviendo sin ellas y ahora son lo más). Todo eso apenas influye un 6 % en los resultados de nuestro alumnado.



Creo que se impone un cambio de estrategia por parte de todos los profesionales de la educación. Exijamos a la administración medidas que cambien realmente la situación de la educación en este país:




- Dejar de sostener de una vez por todas los centros concertados con fondos públicos. El dinero público debe revertir en los que más lo necesitan. El que quiera una educación elitista que la pague.




- Eliminar los guetos que todos conocemos. Redistribuir al alumnado aún a costa de afectar al intocable derecho de elección de los padres.




- Distribución equitativa del alumnado emigrante entre todos los centros sostenidos con fondos públicos. Existen numerosos datos, incluido el informe Pisa, en que se deja muy claro de que forma afecta la presencia de alumnado emigrante en un aula. Todos conocemos clases con concentraciones de alumnado emigrante superior al 20 y 30 %.




Las administraciones educativas deben tomar de una vez por todas medidas que cambien radicalmente el paisaje desértico en que se está convirtiendo la Educación Española. Y esas medidas no están en manos de los profesionales de la educación, a los que cada curso escolar se marea con una nueva ocurrencia organizativa, legal o pedagógica. ¡Pónganse las pilas señores políticos, que para eso les pagan!



La clase perdedora

JOSÉ LUIS BARBERÍA 07/04/2009 (El País)